La misión Rosetta sigue acumulando hitos en la exploración espacial: tras despertar tras treinta y un meses de hibernación, situarse en órbita en torno al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, seguirlo en su órbita alrededor del Sol durante más de una año y enviar un módulo para estudiar su superficie, la nave acompañará mañana al cometa hacia su perihelio, el punto de la órbita más próximo al Sol.
Son ya doce las misiones destinadas a la exploración cometaria (si no contamos la fallida Contour/NASA). Quizás sea bueno intentar hacer balance con algunos de los ejemplos que sugieren su beneficio